martes, 31 de julio de 2018

Civil, hijo de un político de la República y fusilado por “rebelión”: la represión franquista también golpeó a Sidi Ifni

Jesús Moreno aceptó un cargo en la Delegación del Gobierno en Sidi Ifni en sustitución de su padre en 1935. Un año después fue detenido junto a otros militares que se negaron a sublevarse con Franco
La mujer y la hija de Jesús también fueron víctimas de la represión. Armonía Lobo fue perseguida por ser su viuda y detenida dos veces. Tuvo que deshacerse de casi toda la documentación y fotos de su marido
Iyo siempre escuchó a su madre decir que ojalá supiese donde estaba enterrado Jesús. Quiere hacerse las pruebas de ADN para conocer si está enterrado en la fosa común de Vegueta, que se pretende exhumar pronto

Árbol genealógico de la familia de Jesús Moreno.
Iyo Moreno perdió a su padre cuando apenas tenía un mes de vida. La historia de su familia quedó marcada por la represión franquista. En julio de 1936, su padre, Jesús Moreno, fue detenido cuando trabajaba como adjunto civil en la Delegación del Gobierno de La República en Sidi Ifni junto a militares que se negaron a la sublevación militar. La última vez que lo vio, en brazos de su madre ya que apenas tenía un mes de vida, zarpaba en un barco rumbo a Las Palmas de Gran Canaria donde meses más tarde se le hizo un consejo de guerra y fue condenado a pena de muerte por “delito de rebelión”. Tenía solo 26 años cuando fue fusilado en el campo de tiro de La Isleta.
Hijo de un histórico político de la República en Jerez de la Frontera, Manuel Moreno, su detención en Sidi Ifni fue casi fortuita. Aceptó este puesto en África en sustitución de su padre, que ya era muy mayor y estaba enfermo. La familia consideró que era mejor que Manuel, que después de haber sido elegido diputado se trasladó a Madrid, se quedara en la capital y fuera su hijo Jesús quien aceptara este cargo, puesto que el trabajo estaba bien remunerado y lo necesitaba económicamente.
Jesús se había enamorado en Madrid de la madre de Iyo, Armonía Lobo, la hija del dueño de la pensión donde se alojó junto a su padre y su hermano José cuando se trasladaron a la capital desde Jerez de La Frontera. Había aprobado unas oposiciones al Catastro en el año 1935, pero mientras esperaba a que le dieran destino, su padre cayó enfermo y aceptó el puesto de Sidi Ifni en su lugar. Antes de su traslado, ya había visitado Rusia y había mostrado su simpatía por las ideas políticas de izquierdas. Iyo, que hoy día tiene 82 años, asegura que ha podido reconstruir la personalidad de su padre gracias a los testimonios de familiares y amigos que avalan que era una buena persona “con gran sentido de la justicia, lo que se conocía entonces como un hombre muy sano y bueno”, expresa emocionada.
Los padres de Iyo se casaron por poderes y una vez que Jesús se instaló en Sidi Ifni, Armonía Lobo se mudó al poco tiempo. En junio de 1936 nació la hija de ambos y apenas un mes un después se inició el golpe de Estado. En la sentencia dictada tras el Consejo de Guerra del 17 de octubre de 1936, que la familia de Iyo conserva, se determina que 21 personas fueran condenadas a pena de muerte. Otros militares y civiles fueron condenados ese mismo día a entre 8 y 24 años de prisión.
Jesús fue ejecutado el 22 de octubre de 1936. La sentencia hace alusión a que él y el resto de condenados acudían a “reuniones extremistas donde proferían gritos subversivos y manifestaciones injuriosas para el ejército y las personas del Movimiento Militar”. Su nieta, Silvia Barcelón Moreno señala que la familia tiene una idea de lo que él declaró en ese consejo gracias al blog del investigador canario Pedro Medina Sanabria, donde se recoge que fue preguntado si en su oficina se celebraban reuniones a puerta cerrada a las que acudía el alferez Aurelio Clemente Clemente, brigadas y sargentos del Batallón, si se habían celebrado reuniones en su domicilio o si pertenecía al comité anarquista del territorio. A todo ello respondió que no.

Yyo Moreno, hija de Jesús, fusilado en Las Palmas de Gran Canaria.
Iyo Moreno, hija de Jesús, fusilado en Las Palmas de Gran Canaria.
“Siempre escuché a mi madre decir que ojalá supiese donde estaba mi padre enterrado”
La viuda de Jesús fue la otra gran protagonista de la historia. Tras la detención de su marido se trasladó a Madrid, donde vivía su familia. Vivió un tiempo con la incertidumbre de no conocer qué le había ocurrido a Jesús. Silvia señala que no conoce la fuente exacta por la que su abuela se enteró de lo sucedido aunque es probable que recibiera una carta desde Sidi Ifni.
Iyo cuenta que su madre no lo tuvo nada fácil a su vuelta a la Península. Además de la pérdida de su marido sufrió por el encarcelamiento de su padre, Cesáreo Lobo y el de su cuñado, el capitán Alejandro Gutiérrez, del Batallón Alpino de la Sierra del Guadarrama. Armonía decidió trasladarse a Valencia hacia 1940 huyendo del ambiente de la capital. Allí trabajó como secretaria pero fue perseguida, detenida al menos dos veces y pasó unos meses en prisión, por causas concretas que desconoce aunque siempre mantuvo amistades de izquierda y era la viuda de uno de los fusilados de Sidi Ifni.
La hija de Jesús Moreno lamenta que apenas conserva recuerdos fotográficos de su padre. Cuenta que su madre se vio obligada a deshacerse de la mayor parte de las fotos y documentos  al estar siendo perseguida. Otra de las anécdotas que narra es que le denegaron durante años recuperar su partida de nacimiento “cuando mi madre lo solicitó a Sidi Ifni se lo denegaron por ser hija de quien era”. Fue gracias a unos militares amigos de la familia que consiguió este documento.
Con mucho esfuerzo económico Armonía Lobo inscribió a su hija en la Alianza Francesa ya que no quería que fuera formada en el sistema educativo español del momento, dominado por la religión y la Falange. Más tarde, cursó el Bachillerato Superior en una academia privada de un colectivo de profesores republicanos que habían sido expulsados de la docencia pública por el franquismo. La viuda de Jesús Moreno logró así que su hija recibiera una formación mixta y laica “en unos años tan duros”, cuenta orgullosa Silvia Barcelón.
Iyo asegura que siempre vivió con la verdad. Su madre en todo momento le contó quién era su padre y por qué lo habían asesinado. Armonía Lobo se volvió a casar años más tarde y tuvo más hijos. Se negó siempre a que su marido adoptara a la hija de su primer matrimonio, incluso ante los problemas para conseguir su partida de nacimiento.
“Siempre escuché a mi madre decir que ojalá supiese donde estaba mi padre enterrado”, asegura Iyo. Considera que, de haber sabido dónde estaban los restos mortales de Jesús Moreno habría llevado flores siempre que le fuera posible. En los años 80 Armonía viajó a Canarias, donde echó unas flores al mar en señal de recuerdo por su marido fusilado.
Existen indicios de que los militares y civiles fusilados aquel mes de octubre de 1936 en Las Palmas de Gran Canaria fueran trasladados a la fosa común del cementerio de Vegueta, donde fueron recordados en un homenaje en 2016. El Cabildo de la isla ha  agilizado recientemente el proyecto de exhumación de esta fosa común y expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria están elaborando un estudio para lograr este fin. Otro de los puntos donde fueron arrojadas víctimas del franquismo en la Isla es la Sima de Jinámar, un tubo volcánico de 80 metros de longitud. La Corporación Insular también se ha comprometido en estudiar su exhumación.
Iyo está dispuesta a hacerse las pruebas de ADN que permitan cotejar la identidad de los restos mortales que se encuentran en estos puntos y poder cerrar este ciclo de la historia. Tanto ella como su hija Silvia consideran que es importante trabajar en la dignificación de las víctimas, que se conozca su historia para que acontecimientos tan atroces como estos no se vuelvan a repetir.

El estudio de localización de los fusilados de San Lorenzo en la fosa común de Vegueta estará listo en septiembre

El informe definitivo con todas las acciones a seguir para la identificación y exhumación de las personas que se encuentran en este símbolo de la represión franquista se estima que estará finalizado a finales de año
El Cabildo de Gran Canaria asegura que no pondrá límites económicos ni de tiempo para dignificar a las víctimas que fueron arrojadas a esta fosa común
Los familiares del sindicalista Paco González, asesinado junto al alcalde del entonces municipio de San Lorenzo, celebran que su objetivo siga adelante

Los investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria tendrán listo en septiembre un primer informe sobre la localización de los fusilados de San Lorenzo que fueron enterrados en la fosa común de Vegueta. Los testimonios orales que manejan hasta ahora apuntan a que tanto el sindicalista Francisco González como el alcalde del entonces municipio de San Lorenzo Juan Santana se encuentran enterrados en el cuartel seis y la fosa número dos.
La comisión técnica que trabaja por lograr el objetivo de exhumar estas víctimas se ha reunido este miércoles. El director general de Presidencia del Cabildo de Gran Canaria, Marino Alduán, ha subrayado que, con ese informe inicial de septiembre, se valorará si se prorroga el convenio entre la Corporación Insular, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad para el año 2019, algo que a priori estima que sí que se hará, ya que una vez esclarecida la localización de los fusilados de San Lorenzo, hay otras personas que fueron represaliadas y que “merecen también esa investigación”.
El estudio definitivo, con todas las acciones, se calcula que estará finalizado en el mes de diciembre. “Si el informe técnico así lo dice no se va a parar hasta que se esclarezca lo que es una necesidad democrática”, afirmó Alduán. Además, insiste en que la Corporación Insular no pondrá límites de dinero y tiempo para dignificar a las víctimas del franquismo que fueron arrojadas a esta fosa común.
El equipo de investigación está siendo coordinado por el profesor Javier Márquez y compuesto además por Xabier Velazco, como técnico especialista en arqueología, además de las profesoras Candelaria González y Beatriz Andreu, todos ellos de la ULPGC. En estos momentos se encuentran en una fase intensiva de recopilación de datos, analizando testimonios orales que ya tenían, entrevistas, documentos… a fin de elaborar este primer informe.
Cuentan con un presupuesto de 30.000 euros, la mitad abonado por el Cabildo de Gran Canaria y la otra por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, además de un convenio con la universidad que permite liberar a estos profesores para su trabajo de investigación.
Nota: 
No obstante, recuerdan que en la fosa se estima que fueron enterradas otras víctimas de la represión franquista. Una de ellas es  Jesús Moreno, que trabajaba como adjunto civil en la Delegación del Gobierno de La República en Sidi Ifni en 1936 y fue condenado a pena de muerte por un delito de “rebelión” y fusilado en Las Palmas de Gran Canaria.