La historia está más cerca de ser desenterrada. Los expertos que conforman la comisión técnica de la memoria histórica han empezado a recopilar información sobre la fosa común del cementerio de Vegueta en busca de los dos fusilados de San Lorenzo en 1937
Se trata de reconstruir la historia del cuartel seis», explica el profesor de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Velasco, que junto a sus compañeros Beatriz Andreu y Candelaria González forman el equipo de historiadores que, dirigido por el doctor Javier Márquez, van a buscar los cadáveres de los dos fusilados de San Lorenzo que aún quedan en la fosa común del cementerio de Vegueta.
Precisamente en ese cuartel seis es donde se sabe que fueron depositados los cadáveres del último alcalde que tuvo el municipio de San Lorenzo, Juan Santana, y de Francisco González, fusilados en 1937 por los golpistas. Los análisis realizados hasta ahora apuntan que los dos cuerpos fueron depositados a un metro y medio de profundidad, pero aún queda por determinar si los restos siguen ahí ya que la fosa fue abierta en tres ocasiones (1942, 1947 y 1955) para añadir más cadáveres, y aún no se sabe si en estos procedimientos los dos fusilados de San Lorenzo fueron sacados de allí.
«La fosa del cementerio de Vegueta tiene una casuística distinta a las demás que hay en Canarias porque las otras, como en Tenoya, Fuencaliente o Jinámar, son clandestinas y hay que esperar a los análisis genéticos y los trabajos arqueológicos para determinar la identidad de los restos», detalla Velasco, «pero en Vegueta sabemos quiénes son y dónde están, y lo que queda por saber es si siguen allí».
Para ello, lo primero que se hará es terminar de recopilar la información relativa al enterramiento, algo que se ha iniciado ya este mes acudiendo al Archivo Histórico Provincial, los datos del propio cementerio y los archivos del Ayuntamiento, según la información ofrecida en una reunión que tuvo lugar en el Cabildo de Gran Canaria el pasado miércoles y en la que participaron el consejero de Cultura, Carlos Ruiz; el director general de Presidencia, Marino Alduán, en representación de Antonio Morales; los historiadores; y cuatro familiares que reclaman la exhumación de Francisco González. No hubo representación del Ayuntamiento, aunque hay que recordar que esta institución aporta la mitad de los 30.000 euros que el proyecto tiene consignado para este año. La otra mitad la aporta el propio Cabildo.
Tras la localización de los restos, los siguientes pasos serían la realización de catas para comprobar el estado de la fosa y los posibles riesgos para la seguridad que puedan afectar a las labores de exhumación, en caso de que se determine la presencia de los restos de González y Santana. El proceso terminaría con la identificación de los cuerpos de estos dos represaliados por el franquismo.
Ambos forman parte del grupo de los cinco de San Lorenzo que completan Antonio Ramírez Graña, secretario municipal; Manuel Hernández Toledo, jefe de la Policía Local; y Matías López Morales. Todos fueron fusilados el 29 de marzo de 1937 en el campo de tiro de La Isleta. Sin embargo los restos de estos tres últimos reposan en nichos del cementerio de Vegueta, no en la fosa común.
28 celdas
Este enterramiento está dividido en veintiocho compartimentos o cuarteles de unos seis metros cuadrados. En principio, podría parecer sencillo encontrar a los dos fusilados de San Lorenzo porque «según el sepulturero, mi abuelo y el alcalde fueron enterrados en la fosa común pero separados con una lápida», como explica Francisco González, nieto de uno de los represaliados. Sin embargo, el problema está en saber si además de ellos hay otras personas. Hay que recordar que en 1955 se abrió por última vez la fosa común para depositar allí los cadáveres de varias personas indigentes.
En estos momentos, en la fosa común del cementerio de Vegueta hay unas 162 personas pero no todas son víctimas del golpe de estado de 1936. Sí están los cinco de Telde o los 21 de Sidi Ifni que se opusieron al levantamiento militar y fueron trasladados a La Isleta para ser fusilados.
Esta mezcla es un hecho también distintivo del cementerio de Vegueta. «Las otras fosas de España están ocupadas casi de modo exclusivo por los asesinados de la Guerra Civil», apunta Marino Alduán, «aquí sin embargo fueron colocados en una fosa en la que había ya restos antes y después se añadieron otros». Solo en Paterna (Valencia) existe un caso similar al de la capital grancanaria.
Alduán pide que el cementerio de Vegueta deje de ser «una tumba oscura»
El director insular de Presidencia sentenció que el interés del Cabildo es que «el cementerio de Vegueta deje de ser una tumba oscura y se esclarezca una necesidad democrática»
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