miércoles, 14 de noviembre de 2012

Don Juan Negrín, el científico y el político

(Artículo de opinión de Antonio Aguado y Eligio Hernández)

El principal mérito de Negrín no fue la realización de su obra científica personal de relieve internacional, sino el haber creado y dado impulso a una escuela de fisiólogos que difundió el prestigio de la investigación experimental en el mundo, entre los que cabe destacar al que fuera auxiliar de su cátedra, Severo Ochoa, más tarde Premio Nóbel; Blás Cabrera Sánchez, hijo del otro gran científico canario, el físico Blas Cabrera Felipe;José Puche Alvarez, Corral, García Valdecasas, el herreño Pedro de la Barreda, el grancanario José Domingo Hernández Guerra, uno de sus principales colaboradores, que en 1926 ganó la cátedra de Fisiología de Salamanca; el granadino Ramón Pérez-Cirera, Rafael Méndez Martínez, entre otros muchos discipulos, que se convirtieron, bajo el magisterio de Negrin, en primeras figuras de la investigación fisiológica, farmacológica y bioquímica mundial de nuestro siglo.

Además de su obra científica, Negrín realizó una encomiable labor como precursor de la modernización y europeización de España. En 1923 fué nombrado Secretario de la Facultad de Medicina de Madrid, y en 1927 Secretario de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid, cargo que desempeñó con singular esmero durante cinco años, sin retribución alguna, de tal manera que puede ser considerado el gran artífice de la creación de la actual Universidad Complutense.Fundó la editorial España con Álvarez del Vayo y Araquistain en 1927, que publico con gran éxito editorial novelas, y libros científicos.

Don Juan Negrín ha sido el único canario que ha ostentado la Jefatura del Gobierno de la Nación, en momentos dramáticos de la vida nacional. Fue elegido diputado por Madrid y Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente, en las tres Cortes de la II República, y designado representante de España en la Oficina Internacional del Trabajo en Ginebra y en la Unión Interparlamentaria Europea, de sede variable, cargos todos en lo que destacó por su gran talla intelectual, política y humana, por lo que, como afirmaba el editorial del New York Times del 15 de noviembre de 1956,con motivo de su fallecimiento,"Jamás Juan Negrin tendrá que temer el juicio de la historia".

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