Pedazos de un automóvil, una caja de agua, papeles y otros desperdicios han sido arrojados a la Sima de Jinámar, uno de los lugares utilizados durante la dictadura como fosa clandestina para hacer desaparecer a los represaliados.
El hallazgo lo hicieron este 12 de octubre los montañeros Marcos Alonso y Emilio Roca, quienes bajaron a la sima para colocar flores en el lugar donde se presume que están o estuvieron los restos de un número indefinido de víctimas de la represión.
Los montañeros, que han bajado en otra ocasiones y conocen el paraje, se sorprendieron al encontrar junto a la boca del pozo pedazos de un coche, que no estaban en anteriores visitas.
Después, al bajar los 76 metros del pozo, hallaron más restos de coche, papeles, botellas de plástico y otros desperdicios, en el lugar donde anteriores expediciones vieron y fotografiaron restos humanos y otros indicios de los asesinatos como suelas de alpargata.
El hallazgo ha sido puesto en conocimiento del Seprona de la Guardia Civil, y del Cabildo de Gran Canaria, ya que la Sima de Jinámar es Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Sitio Histórico desde 1996.
Los montañeros subrayan que tirar escombros a la sima no es una operación sencilla por lo agreste del acceso. «No se puede llegar en furgón, hubo que caminar al menos cien metros para llevar la chatarra», señala Alonso. Roca se muestra convencido de que hay una intención: «Sigue habiendo personas y organizaciones empeñadas en ultrajar la memoria de las víctimas».
Una opinión que comparte el escalador Jesús Cantero, que halló restos humanos en la sima antes de 1975 y es una de las personas que mejor la conocen. «Está claro que molesta que se hayan anunciado excavaciones (para exhumar los restos), se trata de poner más obstáculos».
Fuente: Canarias 7 http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=187302
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