martes, 22 de febrero de 2011

Las cenizas de Isabel esperan por la Sima

Isabel tuvo un último deseo antes de morir, que la incinerasen y arrojasen sus cenizas a la Sima de Jinámar, donde le dijeron que los franquistas tiraron a Justo, su padre. Con pena, su familia ha dejado a medio hacer su última voluntad. Isabel espera por que una excavación confirme si Justo está o no allí. Se reencontrarían 74 años después.


Agaete. 4 de abril de 1937. Medianoche. Justo García, que regenta una tienda de comestibles, está acostado. Tocan a la puerta y su mujer, Carmen, extrañada, abre. «¿Está su esposo? Venimos a buscarlo». Lo suben a un camión y se lo llevan. Fue la última vez que lo vio Carmen. Justo, de 35 años, se volvió para decirle que cuidara de sus niñas. Le dejó cuatro hijas, un dolor que tuvo que tragarse y un luto de por vida. Murió con más de 90 años y nunca, nunca, se quitó la ropa negra.

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